Pon un «clásico» en tu vida

En el mundo del Interiorismo surgen cada año nuevas modas y tendencias que nos atrapan y nos inspiran continuamente.

No obstante, las modas y tendencias suelen caducar con bastante frecuencia. Pueden ser efímeras y corren el riesgo de quedar obsoletas en cuestión de meses. Este hecho nos exige como interioristas adaptarnos constantemente a las últimas tendencias a las que nuestros clientes parecen aferrarse.

Como interioristas, entendemos que los clientes quieren las últimas tendencias. Por eso, debido a sus necesidades y gustos, hay que adaptarse y ofrecerlas. Pero también estar abiertos al cambio en menor espacio de tiempo si queremos seguir siempre las tendencias más novedosas.

Hoy en día existen múltiples estilos de decoración. Éstos pueden combinarse o emplearse de manera única y exclusiva. Uno de ellos es el clásico. Estilo, sin duda, que a muchos interioristas todavía nos enamora. Si combinamos tendencias con elementos de estilo clásico probablemente acertaremos en cuanto a no pasarnos de moda. O no quedarnos obsoletos con tanta rapidez.

El estilo clásico se puede considerar de carácter atemporal. A pesar de todas las críticas que haya podido recibir en las últimas décadas, parece que siempre ha logrado permanecer en el tiempo. Aporta elegancia, sofisticación y calidez a nuestros espacios. Pero sobre todo una tradición que tiene su seña de identidad en la historia y en el romanticismo. El estilo clásico es completamente opuesto al minimalismo ya que plantea atmósferas ricas y suntuosas. Un ambiente sin duda exuberante que actualmente puede implementarse a las nuevas tendencias. Y en combinación con éstas, contribuir a magníficos resultados sin renunciar a la contemporaneidad.

En el diseño de interiores intentamos no caer en la imitación de los clásicos de manera literal. Intentamos adaptarnos y seguir criterios de estilo y proporciones que nos ayuden a transmitir el estilo clásico deseado. Sin duda, hoy es más fácil que nunca refinar el estilo clásico y mezclarlo con diseños modernos. De esta manera aparecen diversos estilos como el rústico, el vintage, el industrial o el clásico moderno.

En cuanto al mobiliario, existen piezas de diseño únicas y reconocibles como ‘clásicas’ que nos ayudan a aportar algo más a nuestros diseños. Muebles voluminosos, de líneas curvas y con una gran cantidad de detalles son algunas de sus señas de identidad. Nos evocan a ese pasado donde predominaban estos diseños. Lo encontramos en el Palacio de Versalles, cuyo predominio del estilo clásico lo ha convertido en un claro símbolo.

Elementos naturales nobles como la maderas oscura, la seda, el terciopelo, la piedra o las molduras cobran gran importancia en la decoración clásica. Destacan también los contrastes cromáticos entre los tonos medios, que predominan en paredes y techos, con el toque intenso que aporta el textil.

La iluminación debe ser de tonos suaves y ambientales. Es importante evitar la luz directa y las sombras marcadas. Las lámparas de araña, los apliques clásicos en bronce o latón, las lámparas de pie y de mesa, son accesorios esenciales para crear un ambiente de aspecto clásico perfecto.

Apostar por el estilo clásico es, sin duda, arriesgarse. Pero de mano de interioristas es mucho más sencillo conseguir el equilibrio visual perfecto de cada uno de los componentes que nos ayuden a crear un espacio armonioso.

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